viernes, 1 de noviembre de 2013

La consolidación del cómic adulto

A diferencia de Estados Unidos, donde los cómics nacieron en el seno de la prensa periódica y dirigidos a un público heterogéneo que englobaba a adultos y niños, en España, al igual que el resto de Europa, nacieron en soportes editoriales especializados y dirigidos básicamente al público infantil. La convencional cultura europea tardó en dignificar la imagen impresa, teniendo que esperar a la década de 1960-1970 para que los intelectuales comenzaran a interesarse sobre el tema, tomando como punto de partida de dicho interés la aparición de un cierto cómic de vanguardia publicado en Francia e Italia.
Si tenemos en cuenta la peculiar situación de Estado español no es de extrañar que el cómic fuera concebido durante estos años como una lectura de menor calidad destinada al público infantil y juvenil. En este contexto, en 1962 se creó la Comisión de Información y Publicaciones Infantiles y Juveniles (CIPIJ) dependiente de la Dirección General de Prensa del Ministerio de Información y Turismo, que tenía unas funciones claramente censorias - eliminar los contenidos violentos o eróticos-. Con ello era evidente que el gobierno pretendía hacer del cómic un puro elemento de diversión la margen de cualquier connotación ideológica. Las repercusiones de la CIPIJ se observaron rápidamente en la disminución del número de publicaciones.
A finales de la década se comenzaron a soslayar las medidas de referido organismo a través de la adopción de fórmulas puente, como la creación de las "narraciones gráficas para adultos", que permitieron que se dieran a conocer obras como "Delta 99" de Carlos Gimenez. Y a pesar de todo se produjo un despertar teórico que fue previo al artístico y cuyas causas hemos de buscar en el "boom" repentino de este medio en otros países europeos, coincidiendo con la dura oposición al régimen franquista que hizo que dibujantes, artistas y críticos comenzaran a tantear las posibilidades de asimilación de las nuevas corrientes europeas.
                     Francesca Lladó (2001): Los cómics de la Transición (El boom del cómic adulto 1975-                                                           1984),  Barcelona: Glénat., pág. 25


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