sábado, 28 de septiembre de 2013

El amante bilingüe (Juan Marsé)

NORMA VALENTÍ al teléfono:
- Assessorament lingüístic, digui?
- ¿Oiga? ¿Dirección Gneral de Política Lingüística?
- Sí, digui.
- Llamo para una conzulta, ¿sabuzté? - enmascaró la voz en un tono varonil y caliente, una dicción rápida agraciada con un deje andaluz que tenía muy ensayado en sueños e insomnios-. M'han dicho qu'hable con la zeñora Valentí, la sosoli...sosolingüi...
- Sociolingüista.
-Eso.
- Jo mateixa. Diguim el seu nom.
Silencio. Marés le ofreció un carraspeo, luego un suspiro y jadeos. Sentía un nudo en la garganta. se me parte el alma- se dijo-. ella pensará: vaya, otro charnego analfabeto y tímido que no se atreve a preguntar.
- Perdone la molestia- dijo por fin- Quería preguntarle un par de costas, ¿sabuzté? Verá, tengo un problemita de escritura y me je dicho: voy a llamar a la Xeneralitá...
- Parli català, si us plau. En catalán, por favor.
- Lo parlo mu malamente, zeñora.
                                 (...)
- Digui, digui.
- con su permiso, le decía que mi problema es éste: en los cristales del escaparate de mi tienda tengo yo pintados algunos rótulos en castellano y esos gamberros de la Crida me los ensucian con spray cada dos por tres.En vista de lo cual, he decidido poner los rótulos en catalán....
- Muy bien. Le interesa a usted saber, señor...
- Tena Amores, para servirla. Tenamores.
- ...señor Tena, que, puesto que tiene usted establecimiento, puede usted contar con la colaboración de los empresarios de rótulos afiliados a Aserluz para la presente campaña de catalanización del ramo del comercio. Debe usted ponerse en contacto con los fabricantes de rótulos.
- No, pero si es una cosita de na. Yo creo que uzté misma me pué atender , si es uzté tan amable...Mire, tengo un letrero que dice."Tubos de escape", y otro que dice:"Recambios". Este último lo he cambiado por "Recanvis", con uve de vaca, y creo que stá bien. pero, si fuera uzté tan amable, ¿cómo se dice "tubos de escape" en catalán? ¿Oiga...? ¿M'escucha, zeñora sociolingüista?
-Sí, tomo nota. Espere un momento.

                             (...)
- Pues mire usted, buen hombre, acaba de ponernos en un aprieto...En ste moemtno no sabríamos decirle con exactitud. Podría ser "tubs d'escapament", ¿sabe? Con apóstrofe.
- ¿Tubs d'escapament? Suena fenomenal, zeñora Norma. ¿Y con apóstrofe? ¿Y ezo qué es...?

Juan Marsé  (1990) : El amante bilingüe. Barcelona:Planeta, págs 62-64.

Marsé sobre la lectura

Veo sentada ante mí, en casa, a la joven estudiante de robustas rodillas y nervioso bolígrafo que me visita para anotar en su cuaderno gravísimos datos sobre mis novelas con destino a su tesina; la veo parpadear, confusa, ante mis delgadas respuestas (que no encajan en su vasto y complicado plan de estudios: le digo, por ejemplo, que el Pijoaparte jamás se propuso desenmascarar a la burguesía catalana, sino simplemente enamorar a Teresa), la veo cotejar notas, alterar esquemas, rectificar planteamientos, desorientada, y yo, algo entristecido, me pregunto quién la ha desorientado, cuándo y cómo ha perdido esa muchacha el placer de leer. Afirma que la novela le gustó, pero se nota que no lo pasó bien leyéndola, y lo que es peor, ya no considera importante el pasárselo bien leyendo novelas. Entonces, ¿quién o quiénes le quitaron a esa chica el deseo de disfrutar con un libro, dejándole sólo la obligación de aprender? ¿Aprender qué, además? ¿Sociología, semiótica y semiología, estructuralismo, sentido y forma, relaciones metalingüísticas, perspectiva exógena y estructura interna?

Por un breve instante, horribles fantasmas de posibles tesinas pasadas y futuras desfilan por mi mente con extravagantes títulos: El significado de los toros y de la humilde patata en la poesía de Miguel Hernández -Estructura, calor y sabor de las magdalenas en la obra de Proust - El Pijoaparte hijo natural semiótico de Henry James, con permiso de Félix de Azúa - Los silencios de Moby Dick y su relación metalingüística con la pata de palo de John Silver y con el mezcal y los barrancos de la prosa deMalcolm Lowry - Madame Flaubert soy yo, dijo Federico García Lorca.

¡Maldición, estamos rodeados! Así es imposible leer, hay que saber demasiadas cosas, hay que amueblar la mente de bidets teóricos, hay que ser experto en demasiadas chorradas -le digo a la desilusionada estudiante de graves rodillas y afanoso bolígrafo. Se han empeñado ellos, los malditos tambores de las cátedras y de los institutos, los avinagrados columnistas de diarios de provincias, los rastreadores de estilos y figuras de la alfombra, los rebuznos de la crítica trascendente y los cuarenta años de incultura franquista, en convertir la lectura de un libro en cualquier cosa menos en un placer, un acto libre y espontáneo, una aventura personal con la imaginación. ¿Quieres un consejo? Tira por la borda ese cuaderno y ese bolígrafo y ponte a leer, sobre estas rodillas sojuzgadas de estudiante aplicada, y con ojos infantiles a ser posible, renovada la capacidad de asombro, el sentido de la vida y la imaginación penetrante, otra vez, "La isla del tesoro". Callarán los bobos tambores eruditos y recobrarás el tesoro de leer.

El Periódico, 22-O4-1979 ( en la página oficial del escritor: http://www.clubcultura.com/clubliteratura/clubescritores/marse/texto3.htm)

La oscura historia de la prima Montse (fragmentos descriptivos y narrativos)


...ese arropamiento tribal que generalmente gozan las familias ricocatólicas cn mucha progenie y que ayuda a sentirse menos solo y desvalido en este mundo, en el trabajo y en las relaciones, cobijado a la sombra de las majestuosas ramas del frondoso árbol-apellido que se mecen seguras sobre esta sociedad de uñas y dientes afilados: es simplemente una honda y vieja nostalgia de estar rodeado de tíos y tías solventes y hospitalarias, de hermanas biencasadas y de cuñados, suegros, floridos ramilletes de sobrinas, de primos-hermanos y primas carnalísimas, allegados próximos o lejanos, ausentes o presentes pero en todo caso muchos, hermanados todos y bien situados en la vida, con influencias e introducidísimos; en fin, prima, vuestra numerosa parentela, la claramuntiana feligresía ramificada esplendorosamente sobre el viejo tronco del dinero y vivificada con el oportuno injerto financiero de algún perfumado conejo de hija-política o unos atributos masculinos muy estimados en los medios, con telegramática bendición papal y fervientes votos de felicidad. Quizá en todo ello no haya más que un sentimiento banal y epidérmico, qué quieres, una melancolía enfermiza, una típica idea de huerfanito.


(...)

Él se desnuda. El cuarto es pequeño y de techo inclinado, le han dejado el peor camastro, en un rincón y paralelo a las gruesas vigas encaladas del techo que, en su declinar, rozan casi la cabecera. En un ventanuco junto a la almohada se asoma la noche estrellada, un silencio remoto.

(...)


Juan Marsé (1970) : La oscura historia de la prima Montse, Barcelona:Lumen.

Sujeto, verbo y predicado. (Juan José Millás, 1990: La soledad era eso)

Elena dudó y sintió que el miedo hacía estragos otra vez en el área de su cuerpo dominada por los intestinos. Comprendió entonces que lo que más temía era ver a su madre sentada en la butaca, bajo el tictac del reloj de péndulo que al ponerse en marcha aquel domingo había restituido el viejo orden,la antigua armonía, la sintaxis familiar que evocaban la butaca y el reloj y en la que su madre había jugado el papel de cópula, de unión. sujeto, verbo y predicado, gritó atravesando el salón en un movimiento de pánico. Encendió la luz y contempló la butaca vacía, pero raramente habitada, sobre la que el reloj medía un tiempo que a Elena le concernía y no le concernía a la vez.

Juan José Millás (1990): La soledad era eso. Barcelona: Destino (Círculo de Lectores), pág.50.

jueves, 26 de septiembre de 2013

La salvación de los periódicos europeos es digital

Los periódicos europeos están viendo que los subsidios gubernamentales que durante años han recibido empiezan a desaparecer, debido en cierta medida a la crisis económica que se vive en la zona euro. Michael Kozlowski en un artículo publicado en GoodeReader cree que para muchos de estos diarios la solución está en adoptar el modelo online, aunque solo con ello no tienen garantizado el éxito.
En un país como Francia, un diario de tirada nacional como La Tribune se convirtió en semanal. Decenas de publicaciones en España y Grecia han desaparecido. En Italia las subvenciones estatales se han reducido a algo más de un veinte por ciento en los últimos cinco años. A esto hay que añadir –comenta Kozlowski– que en este país solo un cinco por ciento de los italianos tiene suscripciones a diarios, algo que contrasta con el veinticinco por ciento que hay en los Estados Unidos.
La falta de fondos procedentes de los gobiernos está llevando a que muchas empresas periodísticas decidan pasarse al modelo digital, pero en opinión de este periodista no están preparados para este cambio ya que durante muchos años han dependido de donaciones. Además, los periodistas se ven obligados a escribir para marcas físicas y digitales simultáneamente, duplicando así su trabajo.
El único punto de luz que se ve en Europa, comenta Kozlowski, es Alemania, ya que en este país los periódicos rara vez han recibido subsidios gubernamentales y han tenido que rentabilizarse de forma autónoma. Dos tercios de los adultos alemanes sigue leyendo prensa escrita con regularidad y varios editores han adoptado el modelo paywall, es decir pagar por contenidos online de calidad.
En definitiva, finaliza, los periódicos en Grecia, Francia e Italia tienen serios problemas. Aquellos de mayor tirada están bajo el auspicio de propietarios muy solventes que están más interesados en el poder que en los beneficios. A esto, añade, las subvenciones estatales están empezando a desaparecer y muchos de ellos no están preparados para sacar provecho a la distribución digital. Se ven obligados a adoptar modelos en línea y que sus escritores publiquen simultáneamente en ambas plataformas. Desde luego –concluye–, los períodos de transición no son fáciles, pero es necesario que se eduque a la ciudadanía y se la informe de qué es lo que realmente está pasando, antes de que la mayoría de las empresas periodísticas se vean abocadas a desaparecer bajo la presión.

lunes, 2 de septiembre de 2013

Vivir fuera

http://elpais.com/elpais/2013/08/30/eps/1377873980_462019.html

Javier Cercas
Hace un cuarto de siglo viví fuera de España durante dos años, en Estados Unidos, no lejos de Chicago. Por entonces yo era muy joven y quería ser norteamericano; mejor dicho: quería ser un escritor norteamericano; mejor dicho aún: quería ser un escritor norteamericano postmoderno. Vivir fuera me enseñó algo importante: que yo era español –o al menos esa mezcla de extremeño y catalán que quizá sólo se puede llamar español– y que en consecuencia tenía que resignarme a ser un escritor español. Fue una decepción tremenda, de la que intenté vengarme entregándome con entusiasmo a las cosas que se supone que hacemos los españoles: comer a las tres de la tarde, dormir la siesta, hablar a grito pelado y demás salvajadas por el estilo. He vuelto a hacerlo. Quiero decir que he vuelto a vivir fuera, esta vez en Berlín, donde he pasado cuatro meses en la Universidad Libre, hablando de Borges. Por cierto que sólo ahora he descubierto que yo no era tan original como me creía, y que, para saber quién es, todo el mundo necesita verse desde fuera. Borges, sin ir más lejos, necesitó vivir siete años en Europa, cuando era apenas un chaval, para descubrir que era argentino, y por eso (o porque decidió hacer de la necesidad virtud) su primer libro se tituló Fervor de Buenos Aires, igual que los herederos legítimos de Borges tuvieron que querer ser escritores franceses o norteamericanos y tuvieron que vivir varios años en Europa para descubrir que eran latinoamericanos. Uno no vive fuera para descubrir a los demás, sino para descubrirse a sí mismo.
"Todo el mundo necesita verse desde fuera para saber quién es"
No sólo para eso, claro. A veces hay que vivir fuera para ganarse la vida; a veces dan ganas de hacerlo para aliviarse de las neurosis nacionales, o porque a uno le vence la sensación de vivir en un país frío y feroz, moralmente abyecto. Un país donde va a la cárcel quien roba diez euros y no quien roba diez millones. Donde la vida pública parece un estercolero en el que hozan sinvergüenzas especializados en dar lecciones de ética y mentirosos disfrazados de paladines de la verdad. Donde la televisión da asco y pena, mientras que las escuelas, las universidades y las librerías sólo dan pena. Un país de ganadores y perdedores donde no se sabe ganar ni perder, porque las derrotas siempre se atribuyen a los demás, y las victorias, a uno mismo, y porque los ganadores sólo conocen la chulería, y los perdedores, el rencor. Un país donde se inventan problemas ficticios para esconder los reales, y donde políticos trileros organizan engaños masivos para tapar incompetencias y corrupciones masivas y los presentan como ejercicios de radicalidad democrática. Un país sórdido y sucio, donde se confunde ser tolerante con ser pusilánime, donde la rapacidad se viste de altruismo y donde prosperan los canallas, incluidos los canallas de las buenas causas. Un país de pícaros, cobardes y cantamañanas, donde todavía gobiernan los curas.
Pero no es verdad: no somos esencialmente peores que otros, aunque a veces lo parezcamos; de hecho, ni siquiera sé muy bien qué demonios significa eso de “esencialmente”. Una vez coincidieron Fernando Fernán-Gómez y Erland Josephson, el pro­­tagonista de tantas películas de Bergman. “¿Sabe usted cuál es el pecado nacional español?”, le preguntó Fernán-Gómez al gran actor sueco. “No”, contestó naturalmente Josephson. “La envidia”, le informó Fernán-Gómez. “Caramba”, replicó Josephson. “¿Pues sabe usted cuál es el pecado nacional sueco?”. “No”, contestó naturalmente Fernán-Gómez. “La envidia”, dijo Josephson. Así que, como suele decirse, en todas partes cuecen habas (salvo, al parecer, en el Perú, donde, según el poeta César Moro, sólo cuecen habas), y la España de hoy no es ninguna excepción. De hecho, muchos extranjeros que visitan nuestro país se asombran de que, a pesar de la brutal situación que vivimos, las calles sigan animadas por un gozo vital permanente y no se haya producido una explosión social, cosa que en parte se debe, como todos sabemos, a una doble ONG llamada familia y amigos. Nada más lejos de mi intención que ponerme patriótico, pero esa capacidad para la alegría trágica y para la compasión real son, a mi entender, dos virtudes considerables. Aunque quizá para apreciarlas del todo también haya que vivir fuera. Quizá para vivir dentro hay que vivir fuera.

Isinbayeva culmina su adiós por todo lo alto

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