miércoles, 12 de junio de 2013

Descripción

Tomás Hiepes (1642): Frutero de Delft y dos floreros

Tomás Hiepes (1642): Dos fruteros sobre una mesa

La atractiva pareja de lienzos, claramente firmada y fechada por el autor en 1642, describe numerosos aspectos de interés, tanto sobre el mundo especializado del bodegón como acerca de la sociedad de su tiempo, puesto que ambas obras son resultado de una cuidada puesta en escena que podía complacer a las personas acomodadas del momento en el ámbito valenciano: los recién desplegados manteles, con sus correspondientes encajes que cubren la superficie de una mesa o bufete; los cinco objetos de cerámica contrastados entre sí y bellamente expresados, con todos sus elegantes pormenores; las flores de gran finura que acompañan en uno de los cuadros a las frutas sin competir con ellas; el modo en que se recortan los motivos sobre el fondo oscuro alcanzando efectos de rotundos volúmenes; la impresión de orden y rigurosa simetría que se refuerza con una sensación de calculado equilibrio de proporciones; los contrastes de tonalidades; los juegos de luces y sombras; el dibujo firme que potencia los perfiles de las cosas; así como el efecto de calidades táctiles de las frutas, conseguido con gran acierto.
Se trat de las dos obras más antiguas firmadas que se conocen de Hiepes, pintor del siglo XVII que para el mundo valenciano supone su principal punto de referencia en materia de bodegones. Ambas piezas son representaciones de algunas de las características principales del autor, no todas, que le otorgan una personalidad propia dentro del género, desde su predilección por mostrar recipientes de cerámica y un aire de suntuosidad en los pormenores, a su interés por las composiciones de estructura bien ritmada y su inclinación por conseguir efectos volumétricos.
Destaca siempre en la ejecutoria del autor una evidente maestría, resultante de sus afinadas dotes de observación y plasmación posterior sobre los lienzos de los que su ojo atento capta, gracias a las cuales consigue individualizar cada elemento que emplea, a los que dota de una sólida monumentalidad merced a la utilización de un punto de vista elevado y su presentación en primer plano.

Juan J. Luna (2008): El bodegón español en el Prado. De Van der Hamen a Goya. Museo Nacional del Prado. Madrid.

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